martes, 11 de mayo de 2010

¡Te saliste con la tuya Rita!

Este cuento lo deje tal cual...

Rita estaba cansada ese día. Como todas las noches, abandonada en el patio de aquella casa. No daba más, su fuerza no era como la de hace años y su trabajo ya no la motivaba como antes, a pesar que dicho trabajo le fue impuesto debido a sus características. “Llego el día de mi jubilación”, pensaba Rita quien tenía un aspecto cada vez más espantoso.

En la mesa estaba toda la familia reunida, solo faltaba doña Inés quien, con sus 48 años y orgullosa de sus dos hijos, solía sentarse sobre Rita. “Este es el día de mi venganza” se dijo Rita entre risas. Doña Inés que no se percato de la curiosa actitud de Rita, la tomo por el respaldo, la tiro hacia atrás, y al sentarse, Rita no quiso resistir su peso y las dos se fueron de un soplido al piso. Los miembros de la familia, al ver la caída de la dueña de casa, no pudieron contenerse y todos se echaron a reír, como si tuvieran a Cantinflas al frente suyo. Parece que el plan de Rita estaba funcionando a la perfección, supo como humillar a su dueña.

Al día siguiente Rita iba, en un camión de basura, feliz al basural. Era el comienzo de su vejez y que mejor que ir a un lugar con mucha gente de su edad para compartir y conversar por el resto de su vida. Eso si algo le preocupaba a Rita, lo único que no quería imaginarse era que llegara uno de esos ecologistas o algún que otro obsesionado que la tome y la recicle para así volver a soportar otro trabajo cruel y volver a ser esclavisada.

Guti

No hay comentarios:

Publicar un comentario