
A las 17h00 en el departamento de la abuela de Francisco:
“- ¡Abuelita, abuelita juguemos naipes!
- Ya Francisco, pero antes de jugar, déjame prepararte una rica once para que comas unas galletitas con una taza de chocolate caliente y muchos dulces.”
45 minutos más tarde…
“-Sabes, abuelita, ya no tengo ganas de jugar a los naipes.
- ¿Por qué Francisco?
-Me duele mucho la guata, comí mucho y no me controle.
-¿Te gustaría llamar a tu madre para que te venga a buscar?
-Sí.
20 minutos más tardes, Francisco dejó la casa de su adorable abuela, por consiguiente ella salió al pasillo de su edificio y se acercó a la puerta del departamento de don Ernesto:
“-Psss, mi plan funcionó a la perfección, me deshice del cabro chico, es hora de que nosotros juguemos.”
Mientras Francisco soportaba su dolor de guata en su casa, en el departamento de su abuela solo había espacio para la pasión entre dos viejos enamorados y no para un juego de naipes.
Guti B.